Mi reacción a esto refleja lo profundamente que yo, y sospecho que la mayoría de los demás científicos sociales cuantitativos, hemos sido afectados por la corrupción que hemos visto en nuestras disciplinas. En otra entrada, Stephen Richer da el enlace a un artículo en una de las principales revistas de economía. Leí el resumen. Parece que los autores eran conscientes de los retos técnicos y los afrontaron. Mi siguiente paso debería ser leer todo el artículo y, si el modelo y los métodos parecieron copacéticos, cambiar mi opinión sobre este tema tan complicado. Yo no lo hice. Soy tan desconfiado de cualquier artículo técnico que trate un tema político polémico que no bastaría con leerlo hasta el final. Habría tenido que pasar horas investigando lo suficiente como para convencerme de que los autores no estaban cegados por sus prejuicios y que la operativización del modelo no se invalidaba por suposiciones inapropiadas. No tengo energía. Intentaré recordar que ya se ha hecho trabajo en la identificación de votantes y tendré que lidiar con ello si alguna vez quiero escribir algo sobre la identificación de votante. No estoy criticando el artículo ni acusando a los autores. Puede que sea un estudio histórico. Lamento que mis sospechas instintivas hayan sido tan justificadas por tanto trabajo espurio que he encontrado en los últimos 40 años.