Las empresas tecnológicas más visibles se están presentando cada vez más como los héroes de su propia historia, y al hacerlo, corren el riesgo de convertirse en los villanos de la historia de los demás. Apple nunca fue el héroe - el creativo inadaptado lo fue. Nike nunca fue el héroe - el atleta cotidiano lo fue. Youtube nunca fue el héroe - el creador lo fue. Airbnb nunca fue el héroe - el anfitrión lo fue. Stripe nunca fue el héroe - el desarrollador lo fue. Figma nunca fue el héroe - el diseñador lo fue. Las mejores marcas hacen que alguien más sea el protagonista. Cuando te presentas como el héroe, conviertes a tus usuarios en NPCs. La relación se vuelve transaccional, o peor: depredadora (te reemplazaremos, solo danos tiempo). Por eso necesitamos mejores historias sobre el futuro (las empresas individuales y la industria tecnológica en general). Historias que no estén centradas en ARR, valoraciones récord, negociaciones circulares. Historias que estén ancladas en las personas, el potencial y una visión del futuro que vaya más allá de los números. En este momento, la tecnología está hablando principalmente a la tecnología, así que nos estamos saliendo con la nuestra. Pero eso no es sostenible. Es hora de pensar unos pasos adelante.