Los mapaches urbanos están evolucionando para parecerse más a mascotas. Un nuevo estudio que utiliza cerca de 20.000 fotos de ciencia comunitaria de iNaturalist ha descubierto que los mapaches urbanos en EE. UU. tienen hocicos significativamente más cortos (aproximadamente un 3,5% menos) que sus homólogos rurales, una señal física temprana de lo que los investigadores describen como las primeras etapas de la domesticación. Los autores sostienen que la domesticación no comienza cuando los humanos crían animales deliberadamente; Empieza mucho antes, cuando individuos audaces pero no agresivos eligen vivir cerca de la gente y explotar nuestra abundante basura. Con el paso de las generaciones, la reducción del miedo a los humanos genera una fuerte presión selectiva para un comportamiento más domado. Estos cambios se alinean con el "síndrome de domesticación" (rostros más cortos, cerebros más pequeños, orejas caídas, manchas blancas, etc.), que algunos científicos relacionan con alteraciones en las células de la cresta neural embrionaria. Los hocicos de mapache urbano más cortos observados en el estudio son consistentes con este patrón y reflejan los hallazgos en zorros y ratones urbanos. Los investigadores ven a los mapaches como un ejemplo en tiempo real de cómo la fauna puede empezar a evolucionar hacia la domesticación simplemente adaptándose a los entornos humanos, con nuestros desbordantes contenedores de basura actuando como el principal motor. Se planifican estudios adicionales sobre genética, hormonas del estrés y otras especies urbanas (como zarigüeyas y armadillos) para confirmar esta tendencia. [Lesch, R. et al. "Seguimiento de señales de domesticación a través de poblaciones de mapaches norteamericanos (Procyon lotor) mediante repositorios de imágenes impulsados por la ciencia ciudadana", Frontiers in Zoology, 2025]