Esta es la clave para hacer un gran trabajo... Lo llamo la Curva Energía-Salida: Al principio de cualquier proyecto, hay un impulso inicial. La activación de energía se recompensa de forma desproporcionada. Se obtiene una gran mejora en la calidad de producción con una inversión relativamente pequeña de energía. Crea impulso, porque las recompensas de energía adicional se sienten obvias. Luego viene el centro largo, lento y desgastante. Un tramo de rendimientos cada vez más decrecientes, donde cada unidad adicional de energía de entrada produce mejoras de calidad de salida menores y menos perceptibles. El trabajo se vuelve menos estimulante. El goteo de dopamina empieza a agotarse. La mayoría de la gente lo soporta un tiempo, pero luego para. No porque les falte ambición, sino porque están demasiado centrados en los resultados. Las recompensas extrínsecas por sus esfuerzos se han vuelto menos atractivas. El esfuerzo empieza a sentirse injustificado. Se vuelve fácil concluir que has llegado al techo. Que cualquier cosa más sería ineficiente o innecesaria. Pero esa conclusión es errónea—porque la curva no termina ahí. Con ese último 5% de energía aportada, ocurre algo extraordinario. La calidad de la salida rompe la tendencia decreciente y vuelve a subir. La disposición a apoyarse cuando otros se alejan, a invertir ese "irrazonable" 5% final, es recompensada. El 5% final es donde el buen trabajo se convierte en gran trabajo. Y aquí es donde nos enfrentamos a una paradoja interesante: No conseguirás esos resultados de alta calidad centrándote en los resultados. Las personas que llegan a ellos siempre están centradas en los inputs. Para ellos, poner ese último 5% parece tan obvio como el primer 5%. ...