El universo se está expandiendo más rápido de lo que la física puede explicar. El universo se está expandiendo — cada galaxia se aleja de todas las demás, como puntos en un globo que se infla. Durante décadas, los físicos han tenido dos formas independientes de medir exactamente cuán rápido está ocurriendo esta expansión hoy en día. Un método observa el fondo cósmico de microondas —el tenue resplandor posterior del propio Big Bang— y predice una velocidad de expansión bastante suave de unos 67 kilómetros por segundo por megaparsec. El segundo método utiliza "velas estándar" cercanas —estrellas cuyo brillo real conocemos— para construir una escalera de distancias precisa hasta estrellas en explosión en galaxias lejanas. Durante años ha medido consistentemente una velocidad notablemente mayor: alrededor de 73–74 km/s/mpc. Esa diferencia del 9–10 % puede parecer pequeña, pero en cosmología es enorme. Los dos números deberían coincidir si nuestro modelo estándar del universo es completo. Muchos sospechaban que la medición más rápida era errónea. En 2023 y 2024, el Telescopio Espacial James Webb reexaminó más de mil de esas estrellas con marcadores de distancia con una claridad sin precedentes y confirmó que el valor más alto es correcto. Las comprobaciones independientes usando lente gravitacional de supernovas llegaron a la misma conclusión. La discrepancia es ahora estadísticamente abrumadora —más de cinco desviaciones estándar—, lo que significa que es real y no un golpe de suerte de la medición. El universo se está expandiendo ahora mismo más rápido de lo que nuestra mejor teoría, basada en la física que conocemos, dice que debería hacerlo. Falta algo importante en el panorama, posiblemente nuevas partículas, una forma cambiante de energía oscura o incluso una modificación de la gravedad en las escalas más grandes. En resumen, el cosmos no sigue el guion que escribimos para él, y ese es uno de los enigmas más intrigantes de la ciencia moderna.