La gente piensa que el músculo es solo tejido. Agrega algo de masa, quema algunas calorías, come más proteína. Fin de la historia. Pero el cuerpo no ve la hipertrofia de esa manera. Ve una reestructuración política dentro de la red mitocondrial, un cambio en lo que el organismo ahora está obligado a preservar. Hemos dado a este cambio un nombre: El Cambio de Gobernanza de la Hipertrofia (HGS). Es el momento en que la red inclina sus prioridades hacia mantener vivo el músculo agrandado; desviando combustible, ancho de banda de reparación, control redox y precisión temporal lejos del resto del sistema. Y ese cambio tiene consecuencias que la mayoría de la gente nunca considera: Cuando agregas masa muscular, no solo estás aumentando la fuerza. Estás aumentando la presión de gobernanza. Estás elevando el presupuesto de entropía. Estás reduciendo la ventana de tiempo dentro de la cual tu fisiología tiene que operar. Por eso los marcos grandes se estrellan más duro cuando no comen lo suficiente, por qué el tiempo se vuelve frágil bajo estrés, y por qué el consejo de "solo aumentar" se desmorona en el momento en que miras más allá de los macronutrientes. El músculo no es gratis. El músculo es un voto. Un compromiso. Un contrato que tu red tiene que atender cada hora. La fuerza se manifiesta de manera limpia cuando el músculo se mantiene dentro de la capacidad de la red. Si vas más allá de eso, el músculo deja de ser fuerza: se convierte en arrastre, imposición y una pérdida silenciosa de coherencia.