Laura Roy, Tampa General Hospital En el último año fiscal, nuestra UCI neurológica no tuvo infecciones relacionadas con catéteres. Si trabajas en el sector salud, sabes que eso es casi inaudito, especialmente en una unidad que utiliza catéteres tan frecuentemente como la nuestra. Hace veinte años, las UCI veían esos números de infecciones en cifras de dos dígitos. Eso era normal. Incluso esperado. Entonces, ¿cómo llegamos a cero? No fue un gran cambio. Fueron mil pequeños cambios, posibles porque finalmente tuvimos la información correcta en el momento adecuado. Cada mañana, abro una pantalla que me muestra a cada paciente en nuestra unidad de 32 camas. Puedo ver al instante quién tiene un catéter Foley, quién tiene una línea central, quién está en un ventilador. Más importante aún, puedo ver por qué lo tiene y cuánto tiempo ha estado allí. Esa segunda parte es crítica. Porque un catéter que es médicamente necesario en el Día Uno podría ser un riesgo de infección innecesario para el Día Tres. Pero si no tienes esa información fácilmente accesible, si estás enterrado en revisiones manuales de gráficos y documentación dispersa, no puedes tener esas conversaciones en tiempo real. Antes de tener esta herramienta, obtener esa información tomaba horas. Estaba tratando de organizarla, filtrar notas, sacar detalles de diferentes sistemas. Para cuando terminaba, ya estaba atrasado. Ahora toma minutos. Y eso significa que varias veces al día, estamos preguntando: ¿Este paciente todavía necesita este dispositivo? ¿Hay aún una indicación válida? ¿Estamos creando riesgo donde no necesitamos? Esas conversaciones ocurren porque tenemos los datos. Y tenemos el tiempo. Esa es la cosa que la gente pasa por alto cuando habla de AI en el sector salud. Se enfocan en lo que podría reemplazar. Pasan por alto lo que habilita. No son solo infecciones. Nuestra duración de estancia ha disminuido. Nuestros métricas de calidad han aumentado. Estamos detectando cosas más temprano, antes de que se conviertan en problemas en lugar de después. Puedo ver si un paciente está lo suficientemente estable como para salir de la UCI antes de que se escriban las órdenes. Eso importa porque la capacidad hospitalaria es uno de los desafíos más críticos que enfrentamos en este momento. Si la mamá de alguien llega a la sala de emergencias con un derrame cerebral, quiero que esa cama de UCI esté disponible. Quiero que reciba la atención que necesita de inmediato, no esperar porque no movimos a alguien que estaba listo para ser trasladado. La AI no está tomando esas decisiones clínicas; mi equipo lo está haciendo. Pero la herramienta nos está dando la información que necesitamos para tomarlas bien y rápidamente. Y me da el espacio para ser realmente el líder que se supone que debo ser en lugar de ahogarme en tareas administrativas. Ahora conozco a mis enfermeras. No solo sus nombres; conozco sus vidas. El sector salud es difícil. El estrés es real, en casa y en el trabajo. Si puedo reducir incluso un pedazo de ese estrés, si puedo darle a alguien una razón para sentirse apoyado y valorado, eso cambia si se quedan en este campo....