La Revisión Fingleton puso de manifiesto cómo el enfoque en el 'proceso por encima del resultado' ha convertido a Gran Bretaña en el lugar más caro del mundo para construir centrales nucleares. El primer ministro ahora quiere aplicar las lecciones a toda la economía del Reino Unido. Aquí tienes 3 puntos de partida: - Seguridad en el edificio: más de 30.000 viviendas atascadas en el retraso BSR. Los principales programas asequibles se han vuelto inviables por las Reglas de la Segunda Escalera. Espera de un año entero para la aprobación para hacer reformas sencillas de pisos. - Tranvías: Los tranvías británicos cuestan el doble de la media europea. Trasladamos muchas más compañías eléctricas que sus homólogos internacionales. Los proyectos que retiran los coches de la carretera y reducen la contaminación del aire aún tienen que realizar extensas evaluaciones de impacto ambiental. Las ciudades necesitan un permiso especial del DfT para construir un tranvía (tarda años en obtenerlo). - Contratación: Cuando el Gobierno compra productos, elige a los licitadores no solo por la 'relación calidad-precio', sino también por el 'valor social'. Esto refleja beneficios como la formación de personas, ser 'ecológicos' y la diversidad en la plantilla. En teoría es una buena idea, pero la realidad es obligar a todos los expertos a rellenar cientos de páginas y apuntarse a requisitos inútiles. Las grandes empresas pueden navegarlo, las startups y las pymes no. Un informe reciente señaló que una empresa tecnológica (subcontratistas) se vio obligada a realizar formación en diversidad como parte de la oferta del contratista.