Zuckerberg contrató a Alan Dye, diseñador principal de Apple durante casi dos décadas, para dirigir un nuevo estudio creativo en Meta. Está ahí para tratar la "inteligencia como un nuevo material de diseño" y averiguar cómo debería sentirse la IA cuando la llevas puesta. Esa es toda la estrategia de Meta AI en un solo movimiento. Meta ha tomado una decisión estratégica sobre dónde competir. Han aceptado que probablemente no superarán a OpenAI o Google en capacidad de modelo en bruto a corto plazo. Llama es sólida pero no gana en la frontera. Así que, en su lugar, Meta está jugando a otro juego: modelos competitivos de código abierto, construir el hardware wearable que se convierte en la forma predeterminada en que la gente interactúa con la IA y poseer el lenguaje de diseño que hace que la IA se sienta intuitiva y confiable. Si miles de millones de personas acaban usando gafas Ray Ban Meta con IA integrada, y esos dispositivos resultan naturales de llevar e interactuar, Meta se convierte en el guardián de cómo la mayoría de la gente experimenta la IA, la calidad del modelo pasa a ser secundaria frente a la calidad del dispositivo y la ejecución del diseño. Apple ganó la era de los smartphones no porque tuviera el mejor procesador, sino porque se obsesionó con cómo se sentía el dispositivo en la mano y cómo respondía la interfaz al tacto. Meta está haciendo la misma apuesta con las gafas de IA, el rigor del diseño y la ejecución industrial importan más para la adopción por parte del consumidor que las puntuaciones de referencia. Si clavas en la experiencia del dispositivo, la cuestión de la calidad del modelo casi deja de ser relevante.