Sobre la actual y creciente lucha por el impuesto sobre la riqueza: Parte de por qué esto es un espectáculo secundario es que no hay tantos ingresos que se puedan recaudar mediante impuestos, activos por encima de mil millones, ni con ingresos superiores a un millón. El verdadero potencial está con activos superiores a un millón y rentas superiores a 100.000.

Esto no es nuevo. Este hecho se sabe desde hace tiempo, incluso cuando Biden elevó la promesa de la era Obama de no subir los impuestos a las parejas que ganan menos de 250.000 a las parejas que ganan 400.000. El problema es que la gran mayoría de los ingresos provienen de hogares que ganan menos de 400k.

La razón por la que esto ocurre es que los demócratas ahora obtienen mucho mejor desempeño que históricamente, con votantes acomodados entre más de 100.000 (en gran parte debido a la polarización educativa), por lo que hay poco interés en gravar a sus propios votantes. Pero los ingresos actuales no son suficientes para sostener el gasto actual.

Las matemáticas son las matemáticas, y los presupuestos en Estados Unidos especialmente están justos. Si no podemos recortar el gasto (lo que significa recortar más que el fraude y el abuso de desperdicio; significa recortar programas reales) ni fomentar un crecimiento rápido, hay que recaudar impuestos a alguna parte de la población.

Aunque no llegue a la papeleta o no se apruebe, este debate no va a desaparecer pronto. Si los opositores a los impuestos sobre la riqueza quieren realmente impedir que algo así se apruebe, sería inteligente plantearse pedir aumentos menores de impuestos para quienes ganan más de 120.000.