Desde que vi a ingenieros de software utilizando AI, me he puesto celoso. Los he visto asignar de 15 a 20 tareas de codificación a una AI, jugar al futbolín, tomar café y luego regresar para evaluar el trabajo del agente. Esa ingeniera ha multiplicado su tiempo de 10 a 15 veces.

¿Por qué un empresario no puede hacer lo mismo? Leo artículos en Twitter sobre IA y tengo preguntas, pero no tengo tiempo para profundizar. Salgo de las reuniones con cinco tareas que procesar. Tengo ideas para experimentos que realizar internamente.

Esto es diferente a acceder a AI en el navegador. El agente tiene acceso a mis sistemas: Asana, correo electrónico, calendario, CRM. Puede leer mis archivos, extraer datos de mis herramientas y actuar en mi nombre. El agente trabaja dentro de mi entorno.

He pasado de producir 10 a 31 tareas por día. Los agentes están trabajando en mi nombre mientras estoy en reuniones.

Tuve una idea esta mañana: realizar un análisis estadístico sobre mi uso de Asana. Un agente escribió código para acceder a la API de Asana y guardar los datos. Un script de R generó estos gráficos. Intercambiamos comentarios en Asana sobre las visualizaciones.

No son tareas simples; muchas de ellas tienen 30 o 40 comentarios, que representan iteraciones sobre la idea original.

Entonces creé un esquema en el formato SCQA. En cinco minutos, esta publicación había sido escrita. Otro agente calificó la publicación y se aseguró de que coincidiera con mi estilo. Este es el poder de la IA: trabajo paralelo mientras somos pasivos (estaba en el gimnasio).

Cuando damos a los agentes las herramientas adecuadas, la velocidad del trabajo cambia instantáneamente. Las personas de negocios ahora pueden hacer lo que los ingenieros de software descubrieron hace meses. Podemos iniciar 15 flujos de trabajo paralelos y triplicar nuestra producción diaria sin trabajar más horas.