Esta noche, los datos del PCE de septiembre, que se retrasaron dos meses debido al cierre del gobierno de EE. UU., finalmente se publicarán. Al mismo tiempo, esta es la última macrodata influyente antes de la reunión del FOMC del 12 de octubre, así como la última ventana de observación pública de la política de la Reserva Federal. El actual juego del mercado es, de hecho, una lucha entre un "rebote inflacionario rezagado" y un "enfriamiento económico anticipado". Actualmente, la expectativa del mercado para la tasa anual es del 2.9%, y la tasa mensual es del 0.2%. La probabilidad de un recorte de tasas en diciembre según CME es del 87.2%. Si esta noche el valor publicado del PCE es inferior a la expectativa, eso fortalecerá aún más las expectativas de recorte de tasas para la próxima semana, y el mercado lo verá como evidencia de que la inflación está controlada. Sumado a la debilidad de los datos de empleo de ADP del miércoles, esto impulsará aún más el rebote del mercado de riesgos. Si el valor del PCE publicado es superior a la expectativa y no es extremadamente desmesurado, los alcistas podrían usar el rezago de los datos como excusa para argumentar que se trata de datos de septiembre, que son de hace tres meses, y que ahora los precios del petróleo y el entorno laboral han cambiado. Debido a que el miércoles ADP sorprendió con una reducción de 32,000 puestos de trabajo, la tolerancia a este dato ha aumentado. Es decir, incluso si los datos del PCE no son ideales, Powell aún puede recortar tasas, argumentando que: "Debido a la rezagación de la política monetaria, necesitamos un recorte preventivo para evitar el colapso del mercado laboral." Los datos más adecuados para esta noche son un PCE mensual central del 0.2%, confirmando que la inflación está controlada y que la economía tiene resiliencia, lo que sería lo más favorable para el mercado en general. Si el resultado publicado es un PCE mensual central del 0.3% o más, entonces los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. podrían rebotar, y el mercado podría preocuparse por la inflación a largo plazo, lo que no sería favorable para la tendencia del mercado a medio y largo plazo. En resumen, el PCE de esta noche es un catalizador clave para el sentimiento a corto plazo, pero ya no puede decidir por sí solo el destino a largo plazo del mercado. El verdadero desafío radica en cómo el mercado reanclará el valor de los activos en un nuevo entorno de crecimiento desacelerado, inflación persistente y una política que lucha por equilibrar su "doble mandato".