Cuando reconoces la inevitabilidad de que las instituciones lancen sus propios ecosistemas de blockchain exitosos, las personas suelen encontrarse en una encrucijada O bien 1) te vuelves completamente anarquista-libertario, ‘que se jodan las corporaciones’ y tratas de maximizar tu versión utópica idealista del mundo, pero al final te conformas con crear un mercado subterráneo que sirva como una ‘opción de salida’ del sistema tradicional, dado que la ideología en gran medida no escala hasta que las personas necesitan un salvavidas O bien 2) aceptas la realidad del capitalismo de que las cadenas públicas tendrán que competir con las cadenas bancarias/fintech, y la mayoría no lo hará bien dado que en realidad no necesitamos 573285628 copias de ‘capa de liquidación pública’ commoditizadas del EVM, y que las criptomonedas realmente se beneficiarán de la distribución de usuarios establecida, capital y escala que las instituciones aportan Lo interesante es que estas ideologías no son mutuamente excluyentes, se desarrollarán en paralelo Habrá muchas cadenas aprovechando todo tipo de arquitecturas diferentes (L1 y L2, públicas y privadas, etc.), y el mercado decidirá quiénes son los ganadores Personalmente, creo que las criptomonedas pueden y tendrán un impacto positivo en la sociedad, pero solo si realmente pueden escalar y aprovechar los sistemas financieros existentes donde existe la gran mayoría de los activos de las personas De lo contrario, no importa cuán sin confianza y prístina sea tu blockchain, si las únicas personas que la utilizan son unos pocos miles de degenerados de criptomonedas apostando en tokens de valor cuestionable Si ya estás pidiendo el fracaso de las cadenas bancarias/fintech porque su mera existencia amenaza la propuesta de valor de tus bolsas de cadenas públicas, deberías pensar profundamente sobre cómo probablemente se verá el próximo 10 años de criptomonedas.