Mi trampa clásica en Doom y Quake siempre fue una habitación sin monstruos, y un foco en un pedestal en el medio, con algo deseable en la parte superior. A veces incluso ponía un foco sobre el premio. Cada jugador sabía, sin la menor duda, que si recogían el premio, se desataría el infierno. Literalmente. Pero cada jugador lo hacía. Esa es mi clase favorita de trampa. El jugador SABE que es una trampa, pero se siente obligado a caer en ella. Me calienta el corazón.