El término ‘burocracia’ a menudo se asocia con los gobiernos, y sin embargo, el término en realidad se refiere a sistemas a gran escala con reglas procedimentales fijas para procesar grandes cantidades de personas como ganado. En este sentido, los mayores promotores de la burocracia en las últimas décadas han sido las corporaciones digitales, que han colocado una vasta capa burocrática entre nosotros y nuestro entorno. Por ejemplo, el simple acto de pagar por aperitivos en un bar ‘sin efectivo’ ahora implica un elaborado sistema de permisos de corporaciones bancarias, empresas de pagos con tarjeta, proveedores de servicios de internet y fabricantes de teléfonos. Ese es un proceso increíblemente burocrático, pasando por innumerables reglas algorítmicas, protocolos y pilas de gestión. El antiguo exceso burocrático del gobierno solía llamarse ‘Trámite Rojo’. ¿Cómo deberíamos llamar a este exceso corporativo?