¿Y si el paso del tiempo es solo un fallo mental? El filósofo Adrian Bardon cree que este es precisamente el error que estamos cometiendo. En su libro reciente, sostiene que el tiempo—al menos la sensación de que el tiempo fluye o pasa—no es una característica del mundo externo, sino una especie de superposición psicológica creada por la mente. No es una ilusión como un espejismo; Es una mala interpretación cognitiva de nuestra propia experiencia interior. Su argumento se basa en una física bien establecida. La teoría de la relatividad de Einstein demostró que no existe un único "ahora" universal: dos observadores que se mueven uno respecto al otro pueden discrepar sobre qué eventos son simultáneos, y ambos pueden ser correctos. Esto rompió la noción clásica de un presente absoluto y fluido compartido por todos. La física moderna va más allá, tratando el tiempo como la cuarta dimensión de un "bloque" inmutable del espacio-tiempo de cuatro dimensiones. En esta imagen, pasado, presente y futuro son igualmente reales y fijos; Nada en el universo se mueve ni evoluciona. Simplemente percibimos diferentes fragmentos de este bloque estático, muy parecido a fotogramas individuales en una tira de película. Entonces, ¿por qué parece que marchamos sin descanso del pasado al futuro? La respuesta de Bardon es que la sensación de paso es algo que el cerebro construye activamente e inserta en la experiencia, similar a cómo convierte longitudes de onda brutas de luz en colores vivos, o señales nerviosas en bruto en el escozor subjetivo del dolor. No percibimos directamente el paso del tiempo; En cambio, la mente construye un modelo mental útil de la realidad y, por razones basadas en la evolución y la cognición, incluye una flecha incorporada de movimiento hacia adelante.