El 4 de diciembre de 1783, George Washington se reunió con sus oficiales en Fraunces Tavern en Nueva York para una despedida intensamente emotiva, abrazando a cada hombre por turno antes de partir hacia Annapolis. Diecinueve días después, el 23 de diciembre de 1783, realizó un acto aún más trascendental. En la Cámara Estatal de Maryland, George Washington renunció formalmente a su comisión como Comandante en Jefe del Ejército Continental, renunciando voluntariamente al poder absoluto y regresando a la vida privada. Al poner el ejército bajo control civil, consagró uno de los principios fundamentales de la nueva república estadounidense. Cuando la noticia de la dimisión llegó a Gran Bretaña, el rey Jorge III, que una vez llamó a Washington el villano del imperio, comentó al pintor Benjamin West: "Si hace eso, será el hombre más grande del mundo." La estatua "George Washington renunciando a su comisión" inmortaliza este momento singular de noble autodisciplina que asombró la época y aseguró su lugar como líder indispensable de The American Experiment.