🟠 En un mes, vimos cortes de varias horas en @Cloudflare, AWS y Azure —tres de los pilares principales de la computación y la conectividad moderna— en 2025 aún más eventos, en la última década es difícil contar el impacto Cada incidente tuvo un desbordamiento global: bancos, aerolíneas, SaaS, comercio minorista, pipelines de IA y portales del sector público sufrieron interrupciones porque comparten las mismas tuberías. La infraestructura subyacente es desigual: una cuarta parte de los centros de datos funcionan muy por debajo de la capacidad energética, mientras que los nuevos emplazamientos orientados a la IA, que suman casi 100 MW solo en Silicon Valley, permanecen inactivos, esperando actualizaciones de red. Cuando ocurren cortes, uno de cada cinco incidentes graves cuesta más de 1 millón de dólares, y algunos eventos individuales (como el fallo de Azure Front Door) se estiman en un rango de varios miles de millones. Esta es la definición de un problema sistémico de punto único de fallo: proveedores concentrados, capas de tráfico estrechamente acopladas y restricciones físicas (energía, calor) que generan riesgos correlacionados. Los mercados de computación distribuida como @Argentum_AI no eliminan todo riesgo, pero cambian su forma: - Redistribuyen la capacidad geográficamente y entre proveedores - Activan infraestructuras ociosas a las que los compradores tradicionales en la nube no pueden acceder fácilmente - Reducen la dependencia de cualquier centro de datos o red individual para cargas de trabajo críticas, cumpliendo al mismo tiempo con las condiciones de seguridad y cumplimiento de nivel empresarial. Dada la trayectoria que vemos en 2025-2026 (más caídas, costes más altos y más sistemas críticos en las mismas pocas plataformas), la cuestión es menos si ir más allá de los puntos de estrangulamiento centralizados en la nube y más cuán rápido puede adoptar el ecosistema arquitecturas que asuman que las cosas fallarán y se enrutaran por diseño.