Algunos hombres pueden minimizar los riesgos del cambio climático para evitar parecer femeninos | Eric W Dolan, PsyPost Nuevas investigaciones aportan evidencia de que los hombres preocupados por mantener una imagen masculina tradicional pueden ser menos propensos a expresar preocupación por el cambio climático. Los hallazgos sugieren que reconocer los problemas ambientales está psicológicamente vinculado a rasgos como la calidez y la compasión. Estos rasgos se asocian estereotípicamente con la feminidad en muchas culturas. En consecuencia, los hombres que sienten presión por demostrar su hombría pueden evitar actitudes ecologistas para proteger su identidad de género. El estudio fue publicado en el Journal of Environmental Psychology. El consenso científico indica que el cambio climático está ocurriendo y supone riesgos significativos para la estabilidad global. A pesar de estas pruebas, la opinión pública sigue dividida. Las encuestas revelan de forma constante una brecha de género respecto a las actitudes medioambientales. Los hombres suelen expresar menos preocupación por el cambio climático que las mujeres. Michael P. Haselhuhn, investigador de la Universidad de California, Riverside, intentó comprender los factores psicológicos que impulsan esta disparidad. Haselhuhn llevó a cabo esta investigación para investigar por qué existen diferencias dentro de los géneros en cuanto a las opiniones climáticas. Estudios anteriores se han centrado a menudo en la ideología política o en la falta de conocimiento científico como explicaciones principales. Haselhuhn propuso que la motivación para adherirse a las normas de género juega un papel significativo pero pasado por alto. Basó su hipótesis en la teoría de la hombría precaria. La teoría de la hombría precaria sostiene que la hombría se percibe socialmente como un estatus difícil de ganar y fácil de perder. A diferencia de la feminidad, que a menudo se trata como una inevitabilidad biológica, la masculinidad debe demostrarse mediante la acción. Este marco psicológico sugiere que los hombres experimentan ansiedad por no cumplir con los estándares sociales de masculinidad. Deben reforzar constantemente su estatus y evitar comportamientos que parezcan femeninos. La socialización suele exigir que las mujeres sean comunitarias, solidarias y cálidas. En cambio, a menudo se espera que los hombres sean agentes, duros y emocionalmente reservados. Haselhuhn teorizó que, dado que cuidar el medio ambiente implica preocupación comunitaria, señala calor. Los hombres que están ansiosos por su estatus social pueden percibir esta señal como una amenaza. Puede que rechacen la ciencia climática no porque malinterpreten los datos, sino porque quieren evitar parecer "blandos". El investigador comenzó con una prueba preliminar para establecer si la preocupación ambiental se considera realmente un rasgo femenino. Reclutó a 450 participantes de Estados Unidos a través de una plataforma online. Estos participantes leen un breve escenario sobre un estudiante universitario llamado Adam. Adam fue descrito como un estudiante de grado en Economía que disfrutaba corriendo. En la condición de control, Adam fue descrito como activo en asuntos generales de estudiantes. En la condición experimental, se describió a Adam como preocupado por el cambio climático y activo en un grupo "Salva el Planeta". Tras leer el escenario, los participantes valoraron a Adam en varios rasgos de personalidad. Haselhuhn se fijó específicamente en las valoraciones de calidez, cariño y compasión. Los resultados mostraron que cuando se describía a Adam como preocupado por el cambio climático, se le percibía como significativamente más cálido que cuando se interesaba por los temas generales de los estudiantes. Los participantes veían la versión ecologista de Adam como poseedora de rasgos de carácter más tradicionalmente femeninos. Esta prueba inicial confirmó que expresar preocupación ambiental puede alterar la percepción de la presentación de género de un hombre por parte de los demás. Tras este pretest, Haselhuhn analizó datos de la Encuesta Social Europea para poner a prueba la hipótesis a gran escala. Esta encuesta incluyó respuestas de 40.156 personas de múltiples países europeos. La encuesta proporcionó una muestra diversa que permitió al investigador buscar patrones generales en la población general. La encuesta pidió a los participantes que valoraran cuán importante era "ser hombre" para su autoconcepto si eran hombres. Preguntaba a las mujeres lo mismo respecto a "ser mujer". También midió tres actitudes climáticas específicas. Entre ellas se encontraban la creencia en la causalidad humana, el sentimiento de responsabilidad personal y la preocupación general por el cambio climático. Haselhuhn encontró una relación negativa entre las preocupaciones sobre la masculinidad y la implicación climática. Los hombres que daban mucha importancia a ser hombres eran menos propensos a creer que el cambio climático es causado por la actividad humana. También informaron que sentían menos responsabilidad personal para reducir el cambio climático. Además, estos hombres expresaron un menor nivel de preocupación por el tema. Un patrón similar se observó en las mujeres respecto a la importancia de ser mujer. Sin embargo, el análisis estadístico confirmó que el efecto de la preocupación por el rol de género en las actitudes climáticas fue significativamente mayor en los hombres. Esto se alinea con la teoría de que la presión por mantener el estatus de género es más aguda para los hombres debido a la naturaleza precaria de la hombría. Para validar estos hallazgos con herramientas psicológicas más precisas, Haselhuhn realizó un segundo estudio con 401 adultos en Estados Unidos. La medida utilizada en la encuesta europea era una sola pregunta, que quizá carecía de matices. En este segundo estudio, los hombres completaron la escala de Estrés por Rol de Género Masculino. Esta escala evalúa cuánta ansiedad sienten los hombres en situaciones que desafían la masculinidad tradicional. Los objetos incluyen situaciones como perder en una competición deportiva o admitir miedo. Las mujeres completaron una escala paralela respecto al estrés de género femenino. Esta escala incluye aspectos sobre cómo intentar destacar en el trabajo siendo un buen padre. Las actitudes climáticas se midieron utilizando una escala estándar que valora la convicción de que el cambio climático es real y la preocupación por su impacto. ...