Cada vez más, lo que la academia poscolonial llama crítica es en realidad mera oposición. "Pensamiento crítico" ha llegado a significar nada más que oponerse a alguna supuesta estructura de poder, invariablemente descrita como "opresiva". Pero la oposición por sí sola no es crítica. Se puede oponerse por dogma, por resentimiento o por ideología. Muy a menudo, lo que se opone como "estructura de poder" es una teoría conspirativa. El verdadero pensamiento crítico es epistemológico: implica la prueba de afirmaciones, el interrogatorio de premisas y la aplicación disciplinada de la razón.