Cada situación tiene dos tareas. Mío y de ellos. Mi tarea es actuar según mis valores. Su tarea es sentir lo que ellos sienten al respecto. Cuando cruzo esa línea e intento gestionar sus reacciones, pierdo la libertad. Cuando me quedo de mi lado, puede que no me gusten, pero ya no estoy atrapado. Una idea central de The Courage to Be Disliked. Releo el libro cada año.