Una historia graciosa que escuché esta noche, que debería darte una buena idea de la calidad de la educación en China hoy en día. Acabamos de cenar de Navidad con un viejo amigo chino y su familia en Singapur. Se mudaron allí hace dos años desde Tianjin, con sus hijos gemelos (ambos de 13 años). En Tianjin, los chicos estaban en una escuela pública china. Cuando se mudaron a Singapur, los colocaron en un colegio internacional estadounidense porque, como explicaron, es extremadamente difícil para los niños extranjeros en Singapur unirse al sistema público de educación. Pregunté si era difícil para los chicos cambiar a otro idioma de enseñanza. Su respuesta: no lo era. De hecho, ambos hermanos se convirtieron inmediatamente en los mejores alumnos del semestre en TODAS las materias. No es una locura: su nivel de educación en inglés en Tianjin, que solo tomaron como segunda lengua, ya era superior al de los hablantes nativos de inglés que estudiaban en su propio idioma. Y recordad, estamos hablando aquí de una escuela internacional premium absurdamente cara que atiende a familias expatriadas en la elitista Singapur, no de un instituto rural estadounidense con pocos recursos... De hecho, encontraron que el nivel de la escuela internacional estadounidense era tan bajo que decidieron trasladarse al sistema público de Singapur. Para ello, los niños tuvieron que presentarse a un examen notoriamente difícil, que ambos aprobaron. Les pregunté cómo se comparaba el nivel del sistema público de escuelas de Singapur con el de China y ambos se rieron, diciendo que seguía siendo mucho más fácil y relajado que en China. Además, ambos son los mejores de su clase en su nuevo colegio. Les dije que en Francia consideramos el sistema escolar singapurense excelente y muy exigente con los niños. No podían creerlo: para ellos es casi relajado comparado con lo que estaban acostumbrados en Tianjin. Una escuela pública promedio en Tianjin. Deja que eso te asimile.