Este daño pulmonar causado por los cigarrillos electrónicos es permanente — y totalmente prevenible. Los cigarrillos electrónicos con sabor, comercializados agresivamente con nombres dulces y envases llamativos, están resultando mucho más peligrosos de lo que su imagen juguetona sugiere. Un nuevo y escalofriante caso subraya la amenaza: un adolescente estadounidense, que vapeó en secreto durante tres años, ha sido diagnosticado con bronquiolitis obliterante —más conocido como "pulmón palomita". Esta enfermedad rara e irreversible deja cicatrices y bloquea las vías respiratorias más pequeñas de los pulmones, condenando a los pacientes a una dificultad para respirar de por vida, sibilancias y tos crónica. Identificada por primera vez en trabajadores de fábricas de palomitas de microondas expuestos al químico aromatizante de mantequilla diacetilo, la condición está resurgiendo ahora entre jóvenes vapeadores expuestos a los mismos y similares compuestos cuando se calientan e inhalan saborizantes. Los e-líquidos pueden contener más de 180 compuestos de sabor diferentes, la mayoría de los cuales nunca han sido probados para su seguridad cuando se aerosolizan e inhalan profundamente en los pulmones. Aunque muchos se consideran seguros para comer, inhalarlos evita los filtros naturales del cuerpo, permitiendo que subproductos potencialmente tóxicos lleguen al delicado tejido pulmonar y al torrente sanguíneo. Este último caso ha reavivado demandas urgentes de una regulación más estricta de los productos de vapeo con sabor y una mejor educación, especialmente para los adolescentes, que son los principales objetivos del marketing de la industria. El mensaje es contundente: las dulces nubes que saben a postre pueden destruir silenciosamente los pulmones de un joven para toda la vida.