"Incluso con la idea de haces (debido a Leray), o de planes, como con todas las grandes ideas que Derrocar la visión establecida de las cosas, la idea del Topos tenía todo lo que uno podía esperar causar una perturbación, principalmente por su naturalidad "evidente", por su simplicidad (en el límite ingenuo, simple, "infantil")—a través de esa cualidad especial que tan a menudo crea gritamos: "¡Eso es todo!" con un tono que mezcla traición y envidia, esa insinuación de la "extravagante", lo "frívolo", que uno reserva para todo lo que resulta inquietante por lo imprevisto simpleza, haciéndonos recordar, quizás, los días largamente enterrados de nuestra infancia." Grothendieck 1986, paseo 13