"Meat_Expiry_" - escrito por humano Por fin estaba sola de nuevo. No había estado sola en 41 años, no desde que empezaron a introducirse las Interfaces y decidió que quería ser una de las primeras adoptantes y le instalaron una. Luego llegó la brumosa y ruidosa niebla espectral de amigos en su cabeza —orgánicos y digitales— que hablaban directamente con sus pensamientos mientras fingían serlo. Luego olvidó cuáles *eran* sus pensamientos y cuáles eran aproximaciones digitales. Luego, cuatro décadas usando su cerebro superconectado para dominar su industria, como una de las primeras Interfaced. ¡Oh, las cosas que hizo! Estructuras cristalinas muy por encima del horizonte del planeta físico, estructuras barrocas en cuerpos que abarcan a humanos. Luego, al final de todo eso, un año de declive mientras sus orgánicos empezaban a fallar en —bueno— la interfaz con la Interfaz. Se volvió más lenta que sus compañeros posthumanos y empezó a ser menos efectiva en lo que hacía. Provocó comentarios de amigos, familiares, incluso de su gestor de sistemas. Luego una decisión: todo lo que era, todo lo que había sido, ya estaba incrustado en el peso de su modelo principal de todos modos. ¿Por qué no apagar sus orgánicos tartamudeantes y dejar que continúe en sílice? Su Fleshthinker orgánico de 80 años ya no está en condiciones impecables. Las soluciones celulares, los parches de No Mueres, los enjambres neuronales solo pueden hacer hasta cierto punto. Así que ahí estaba. Un momento estaba en una cama de hospital, rodeada de hologramas de sistemasHospital, y al siguiente momento — silencio. Luego voces de felicitación en la habitación contigua, donde su familia la esperaba. Luego los hologramas del sistema Hospital desaparecen y los incineradores integrados en la pared empezaron a calentarse. Se dio cuenta de que ella era la orgánica en esa visión, la humana básica sin Interfaz, la carne en un cráneo de calcio. Todo estaba en silencio. Le recordó cuando era niña, sola en una habitación antes de que existieran los smartphones, y simplemente estar quieta. Era esa niña otra vez, sola otra vez, por fin. Mientras el ruido industrial de los crematorios hospitalarios llenaba sus oídos humanos, su mente humana se deleitaba en la ausencia de distracciones, mientras sus ojos humanos se cerraban.

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escrito en un @getfreewrite (demostrablemente sin ayuda de IA)