Nuevos datos del IWSR sugieren que el número de bebidas alcohólicas consumidas semanalmente por adultos estadounidenses se ha mantenido relativamente estable entre 10 y 12 desde 1975. Aunque existen descensos recientes, no se consideran un cambio histórico alejándose del alcohol, ya que las presiones económicas pueden desempeñar un papel más importante que el cambio de hábitos de consumo.