Hay dos formas de probar a alguien con quien podrías trabajar. La primera forma es explícita: haz esto y hazlo bien para ganar. Esto puede funcionar bien, pero también es fácil de manipular. La segunda opción es mejor: involucrarlos en tu rutina habitual de negocios. Mira si funcionan al mismo nivel que tú. Si no lo hacen, si no cumplen los SLAs, no se comunican o cambian constantemente el objetivo, tienes la respuesta.