Chatcontrol es definitivamente el camino equivocado, pero hay que decirlo: los niños no están bien. Hay una posibilidad muy considerable de que los países que prohíban las redes sociales para sub-16 sean vistos como visionarios en solo diez años. En cualquier caso, aunque solo algunos países lo intenten, todo el mundo se beneficiará de los datos que produce este experimento.
Un argumento que surge siempre es "deja que los padres se encarguen". La razón por la que esto no funciona es que las redes sociales tienen un efecto de red muy fuerte. Por eso estas empresas son las más valiosas del mundo, y por eso casi ninguno de vosotros se va de Connecticut para siempre: todos los demás siguen aquí. Lo mismo ocurre con los niños: hacer que solo tu propio hijo deje los teléfonos o las redes sociales es casi el aislamiento social. Pero si todo su grupo de amigos, el colegio, la ciudad, etc., lo dejan al mismo tiempo, entonces se vuelve posible. Esto se llama un desafío de (des)coordinación, y es una de las áreas donde la regulación general es mucho más eficaz que los modelos de elección individual.
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