Japón se sitúa ahora en el centro de la prueba de estrés global. Está soportando la mayor carga de deuda del mundo desarrollado, y ahora los tipos de interés están subiendo hasta convertirla en esa deuda. Durante décadas, los rendimientos casi nulos lo hicieron viable, pero esa era está llegando a su fin. Cuando el mercado de bonos más controlado del mundo empieza a doblarse, los mercados de todo el mundo prestan atención. Eso sí, esto no es solo un problema de Japón. Es un adelanto de lo que enfrentan los países con alta deuda a medida que se normalizan los tipos.