El presidente Trump se está preparando para negociar con China para posiblemente levantar la prohibición de los potentes chips de IA H200 de Nvidia, utilizando efectivamente esta tecnología avanzada como cebo de alto valor para asegurar un mejor acuerdo comercial. Durante años, Estados Unidos ha bloqueado estos procesadores de primera gama para evitar el mal uso militar, obligando a Nvidia a vender productos significativamente más débiles a lo que antes era uno de sus mayores mercados. Revertir esta política sería una gran victoria financiera para Nvidia, ya que gigantes tecnológicos chinos como Alibaba y Tencent están desesperados por la potencia informática necesaria para mantenerse competitivos en la carrera global de la IA. Esto supondría un segundo aire crítico para Nvidia, cuyos ingresos ya han pasado de aproximadamente 61.000 millones de dólares a principios de 2024 a más de 187.000 millones en los últimos doce meses, tranquilizando a los inversores de que este crecimiento explosivo puede continuar incluso si la demanda en EE. UU. finalmente comienza a desacelerarse. Aunque el H200 es superior a cualquier otro en el mercado, China pasó los años de la prohibición desarrollando agresivamente sus propios chips nacionales para sobrevivir sin tecnología estadounidense. El CEO de Nvidia, Jensen Huang, ha admitido que no está seguro de que los clientes chinos regresen con el mismo entusiasmo, ya que ahora podrían preferir alternativas locales suficientemente buenas en lugar de depender de chips estadounidenses que podrían ser prohibidos de nuevo en cualquier momento. Así que, aunque esto es una excelente noticia para el tamaño potencial del mercado de Nvidia, la empresa se enfrenta a un nuevo desafío: debe luchar por recuperar la lealtad en un país que ha aprendido a vivir sin ellos y que ahora puede priorizar la autosuficiencia sobre comprar el mejor rendimiento absoluto.