Hoy es un día monumental para Cómo escribo. Publiqué el episodio número 100, y en solo unas horas el canal de YouTube alcanzará los 200.000 suscriptores. Para marcar la ocasión, hice algo un poco diferente: reuní mis clips favoritos, conté algunas historias nuevas y compartí las mejores lecciones que he aprendido haciendo todas estas entrevistas. El mundo de la escritura está en un estado de latigazo últimamente. La gente lee cada vez menos. Hollywood ha pasado solo unos años desde la huelga de guionistas. La IA tiene a algunos escritores aterrorizados y a otros emocionados por el mundo del mañana. Substack facilita que los escritores vayan directamente a sus audiencias, y el periodismo de formato largo, cuando se hace bien, sigue siendo capaz de hablar al corazón de lo que ocurre en la cultura y hacer que la gente hable sobre lo que importa. Y, sin embargo, escribir sigue siendo tan importante como siempre. Seguirá teniendo una durabilidad que ningún otro medio puede igualar. Escribir es investigar tu alma. Escribir es denunciar la corrupción. Escribir es predicar la palabra de Dios. Escribir es poner orden en el mundo. Escribir es expresar las sutilezas del amor y la pérdida, la esperanza y la desesperación, el humor y la tristeza. Escribir es mover mercados. Escribir es ampliar tu capacidad de maravilla. Escribir es invitar a otros a la intimidad de tu corazón y tu mente.