Mini ensayo A medida que envejeces, aprendes a disfrutar más de las cosas. Cuando eres joven, pasas mucho tiempo intentando desarrollar el gusto y averiguar qué es bueno o no. Tu gusto es una gran parte de tu identidad, así que luchas mucho por ser selectivo — a menudo de forma artificial. Pero esta actitud crítica es, en esencia, una ladrona de alegría. Es tan fácil disfrutar de la vida si te permites. Casi todos los días son agradables de alguna manera. La mayoría de las comidas, incluso las más sencillas, son sabrosas. La mayoría de la gente tiene historias interesantes que contar. La mayoría de la música, incluso la cutre del top 40, es agradable. Recuerdo que cuando estaba en la universidad y muchos amigos solían tener conversaciones sobre citas: estándares, quién es interesante, y demás. Y luego tuve un amigo que realmente amaba a las mujeres. Todas las chicas eran un 10/10 para él. Y era el hombre más feliz que conocía. Sabio más allá de su edad. Es como lo de los pesimistas que suenan listos pero los optimistas ganan dinero: los críticos dicen tener algún conocimiento oculto sobre qué merece la pena o no, pero es una empresa sin alegría. La sabiduría está en disfrutar las cosas pero no en juzgar.