Hoy, estoy agradecido por esta ciudad, por su gente y por la hermosa tierra que llamamos hogar. Pero mi corazón sigue estando pesado por quienes han experimentado pérdidas inimaginables este año. Estoy abrazando a las familias que perdieron a sus seres queridos en los recientes ataques, a los residentes que lo perdieron todo en los incendios forestales de enero y a cada angelino que lucha por encontrar un lugar seguro donde dormir esta noche. Seguiremos trabajando — cada día — hasta que cada persona tenga un lugar seguro al que llamar hogar, hasta que las familias ya no se separen y hasta que cada comunidad pueda reconstruirse y sanar. Hoy os deseo paz y consuelo a ti y a tus seres queridos.