Antes creía que si no era perfecta, la gente me dejaría. Todos nos decimos una mentira limitante. Una historia que se repite en el fondo de nuestra mente. "Si tan solo fuera—rellena el espacio—más guapa, más lista, más curvilínea, más delgada, más atrevida, más callada... Sería amado". Todas estas mentiras limitantes se basan en la mayor mentira de todas: que para ser amados, necesitamos ser alguien distinto a quienes somos ahora mismo. La mañana de la Cumbre SheFi, paseaba por mi AirBnB en Buenos Aires intentando memorizar mi discurso inicial, Summer gritando mientras Jon le cambiaba el pañal. "Improvisa", ofreció Jon. "No ayuda", solté con brusquedad. Summer se preocupaba en el coche. Repasé mis líneas iniciales otra vez. Jon—bendito sea—no intentó calmar mis nervios. Me dio agua. Apareció. En cuanto entré en el recinto, mis hombros se encogieron. Me relajé. Ela y Naomi se movían nerviosamente por el invernadero donde nuestros patrocinadores Octant, Avalanche y Celo habían montado sus exposiciones. Al minuto siguiente, pusieron en orden la mesa del desayuno. Parpadeé y el escenario principal estaba listo para la acción. No tuve que pensar en la logística ni una sola vez. Lo único que hice fue presentarme. Y tú también. Esta fue la primera cumbre SheFi donde, incluso después de la última charla, muchos de vosotros os quedaseis en el patio para continuar conversaciones que habíais empezado por la mañana, para conocer a las personas que aún no habíais conocido y para empaparos la última gota de vibras de alta frecuencia de SheFi. Esta cumbre era perfectamente imperfecta. Finalmente leí partes del discurso de apertura desde mi móvil. Una de nuestras panelistas llegó tarde a su charla. Dejé a Summer en mi regazo para mi entrevista final con Jon. Estos detalles que, en el pasado, habría estado repasando en mi cabeza durante días ahora se sienten exactamente como lo que son: vida. La vida no se ajusta a tu horario. Llega tarde, pierde las llaves de tu piso, monta una rabieta en medio de tu gran discurso, y así sucesivamente. Antes veía esos momentos como que la vida se interponía. ...