Cada vez que vuelvo a ver ese viejo anuncio siento la misma chispa. Me recuerda que el progreso rara vez empieza con el plan pulido. Empieza con la persona que se niega a esperar permiso. El mundo trata a la gente así como un fallo en el sistema. Se obsesionan demasiado. Van demasiado lejos. Se quedan con la idea mucho después de que todos los demás se vayan. Ven una pequeña grieta en la realidad y sienten el impulso de abrirla. Ya sabes cómo es el tipo. Los que perciben un camino mejor antes que él es evidente. Confían en la señal silenciosa bajo el ruido. Se mueven antes de que el mundo les diga que está a salvo. Se sienten atraídos por algo que no pueden explicar. Y lo más sorprendente es cuántas veces tienen razón. No porque tengan dones especiales. Porque están dispuestos a mirar algo que el resto de nosotros evitamos. La ambición siempre parece extraña antes de volverse inevitable. Si estás construyendo algo ahora mismo y te resulta incómodamente atrevido, tómate esa sensación en serio. El mundo no avanza cuando jugamos a lo seguro. Se mueve cuando alguien se niega a dejar que una idea verdadera muera en silencio. Espero que te inspire. ¿Qué fue la última cosa que viste o experimentaste que te hizo sentir esa chispa?