Afirmar que alguien te está "matando" porque no te deja vivir de su trabajo es el grito de guerra del perdedor parasitario en negación. Nadie te está matando al negarse a ser explotado. Nadie te debe un sustento. La supervivencia no te otorga un derecho moral sobre el tiempo, el esfuerzo o las ganancias de otra persona. Esa mentalidad requiere redefinir la independencia como crueldad y la dependencia como justicia. Una vez que aceptas esa premisa, el robo se convierte en compasión y la productividad se convierte en opresión. Eso no es seriedad moral. Es un sentido de derecho disfrazado de victimismo.