"Por eso dije que usar un lenguaje como "no me gustan los niños" o lo que sea es un juego de manos lingüística. Eso oscurece lo que realmente está pasando, que a menudo es que los que no les gustan los niños simplemente se molestan con las responsabilidades que tienen hacia los hijos de otros.

De la misma manera que la gente tiene la obligación de ser paciente si alguien con discapacidad tarda un poco más en subir al autobús, la gente tiene la obligación de tolerar que los niños que están entre ellos todavía aprendiendo a funcionar en sociedad y hablan demasiado alto/se olvidan de limpiarse la nariz/le cuesta quedarse quieto o lanza alguna vez

Una rabieta cuando se topan con un límite y ven que no se mueve. En cualquier caso, si disfrutas o no de la experiencia es totalmente irrelevante.

"Lo que cualquiera de nosotros debe a nuestros semejantes, con todas sus diferentes capacidades y en distintas etapas de la vida, es una cuestión de moral—el contrato social que compartimos—y no de preferencias." Excelente resumen de @stephmurrayyyy