Estos son los restos del objetivo que logró la ignición en NIF, salió más energía de la que entró en forma de luz láser. Los objetivos son construcciones increíblemente complicadas que se construyen a mano, porque cada experimento hace cambios. En el núcleo hay una esfera de 2 mm hecha de carbono que contiene combustible de deuterio y tritio. La carcasa dorada es lo que realmente apuntan los láseres, iluminando las paredes interiores a través de agujeros en la parte superior e inferior. La iluminación dispersa calienta la esfera, provocando ablación, y la reacción comprime el combustible, generando las condiciones para la fusión. La liberación de energía de 3,15 megajulios equivale a más de una libra de TNT, así que puedes imaginar que explota, pero con mucha energía en neutrones que literalmente atraviesan las paredes de la cámara.

Otros detalles: los brazos que sostienen el hohlraum también integran elementos calefactores porque necesitan mantener un gradiente térmico específico a través de la cápsula para crear una capa perfectamente simétrica de hielo D-T alrededor del interior de la cápsula. Las esferas se fabrican en el sur de California y son transportadas por un mensajero en un avión comercial; integran un diminuto tubo de vidrio con un diámetro interior medido en micras; intentan específicamente mantenerlo lo más pequeño posible porque la energía se escapa de esto, ralentizando la reacción. En la base del objetivo puedes ver muchas líneas que para la mayoría de la gente parecen cables, pero son las tuberías que llevan los fluidos criogénicos al objetivo. Por último, este es el pincel que se usa para aplicar el pegamento en las vainas del objetivo y mantenerlas unidas, se necesitan manos firmes.

Puerta que da a la sala con la cámara objetivo, aparentemente llena de hormigón borado