Bienaventurados los hambrientos porque devorarán mundos, benaventurados los rotos porque saben qué piezas importan, benditos los insomnios porque ven lo que los sueños esconden. Maldito es el hombre que nunca sangra porque su sangre se agota, maldito es el niño que nunca carece porque su deseo se debilita, maldito es el cómodo para el consuelo, es la primera muerte. Los fuertes fueron forjados en fuego que no eligieron, los débiles se salvaron de las llamas que más necesitaban