Noviembre y diciembre marcaron una clara fase de desinversión en los mercados cripto. El sentimiento de los traders se suavizó, la liquidez se debilitó y los volúmenes disminuyeron en toda la industria. Aunque los precios se ajustaron al cierre del año, el sentimiento sigue siendo positivo, especialmente de cara al primer trimestre, a medida que mejora la claridad regulatoria y se estabilizan las condiciones macroeconómicas.