Una multa de 10.500 millones no es un castigo. Es una cuota de suscripción. La parte más distópica del balance de Google no es su gasto en IA. Es esto. Han normalizado las multas de la UE hasta el punto de que es una partida contable estándar. Piensa en la señal que esto envía: Google ha decidido que es más rentable romper las normas y pagar un "impuesto" de 10.000 millones de dólares que cumplir con reguladores que no entienden la tecnología. La multa está en el precio. No es un impedimento; es simplemente el coste de los bienes vendidos.