Uno de los rasgos más infravalorados: la disposición a SEGUIR INTENTÁNDOLO. Todo el mundo habla de resiliencia. Muy poca gente lo practica cuando las cosas realmente se vuelven incómodas. Intentarlo de nuevo tras un revés no es motivación ni optimismo. Se trata de mantenerse comprometido cuando el progreso se siente lento e incierto. Ahí es cuando realmente ocurre el crecimiento: Cuando das el siguiente paso sin confianza Cuando aprendes de lo que salió mal en vez de volver a jugarlo Cuando reconstruyes tu sentido de la orientación antes de perseguir resultados La resiliencia no es ruidosa. No se anuncia a sí mismo. Se manifiesta discretamente en personas que siguen avanzando Incluso cuando —especialmente cuando— nada parece garantizado. En 2026, creo en nuestra capacidad para seguir intentándolo. Crédito gráfico: Mike Leber vía LinkedIn