Cualquier actitud moral, cualquier virtud, cuando no se expresa mediante la acción, es necesariamente falsa. Como las ideas de las novelas que la gente nunca escribe no son novelas reales, o las ideas de pinturas nunca pintadas no son pinturas reales, los negocios nunca empezaron, los niños planificados pero nunca concebidos... la intención, es en última instancia insuficiente. La materia da dimensión, confiere realidad a cualquier ideal. Así, las buenas obras son la única verdadera expresión de la verdadera fe.