Pero, con diferencia, el mejor viejo que tuve en Nueva York fue en un pequeño salón escondido en Grand Central Terminal. Este es The Campbell Bar, el espacio de oficinas restaurado de los años 20 de John W Campbell. Me costó varias curvas en zigzag encontrar la entrada, pero valió totalmente la pena. No sé cómo esa ventana duró 100 años, pero es impresionante de ver en persona. Este clásico está entre los mejores que recuerdo y fue la forma perfecta de calentar cuando no sentía mi cara. 🥶🥃🥰 📍The Campbell Bar, Grand Central Terminal, Nueva York