Es triste saber que nuestra juventud nunca conocerá la alegría de un piso de 675 dólares al mes, echando gasolina por valor de 10 dólares para llevarte el fin de semana, un paquete nuevo de Marlboro Lights por 3,75 dólares y sentados en un restaurante local, fumando, bebiendo café y comiendo patatas fritas, durante 4 horas con amigos y una puerta giratoria de compañeros y enamoramientos del colegio que van y vienen durante toda la noche. Siempre estaré agradecido de haber vivido la experiencia de 'Reality Bites' de los años 90 frente al caos que los niños tienen que soportar ahora.