Cualquier facción política que primero prohíba que las empresas usen menús automáticos para que los consumidores los revisen al intentar resolver un problema tendrá mi voto para siempre. Especialmente si imponen la pena de muerte a los propietarios de empresas que hacen llamadas automáticas. Sé que no todas las empresas de llamadas automáticas tienen su sede en Estados Unidos, pero yo apoyaría ataques con drones o aéreos sobre sus edificios.