Hace entre 22.000 y 23.000 años, un individuo, probablemente una joven, emprendió dos viajes peligrosos separados por varias horas, llevando a un niño pequeño al menos una vez. Todo ocurrió en el lago Otero, un gran lago de la Edad de Hielo, cuya orilla estaba llena de fauna como mamuts, perezosos terrestres, camellos, lobos huargos, leones americanos y otra megafauna extinta. El rastro que dejaron atrás, situado en el actual Parque Nacional White Sands en Nuevo México, abarca 1,5 km y comprende más de 400 huellas humanas, lo que proporciona la evidencia más antigua de la presencia humana en América y está transformando nuestra comprensión de cuándo llegaron los primeros humanos allí. Mira más fotos históricas increíbles: