Martin Scorsese recuerda a su amigo Rob Reiner en un ensayo conmovedor. "Desde el principio, me encantó pasar el rato con Rob. Teníamos una afinidad natural el uno por el otro. Era divertidísimo y a veces mordaz de humor, pero nunca fue el tipo de persona que tomara el control de la sala. Tenía una hermosa sensación de libertad sin inhibiciones, disfrutando plenamente de la vida del momento, y tenía una gran risa a lo vivo."