La mayoría piensa que las fiestas son para desconectar, pero para cualquiera que construya algo, la tranquilidad es un regalo raro. Cuando el resto del mundo deja de hacer ruido, por fin tienes el espacio para pensar desde principios básicos. Es el mejor momento para hacer ese tipo de trabajo profundo que normalmente queda ahogado por el desorden de una semana normal. Los proyectos más ambiciosos suelen empezar cuando todos los demás miran hacia otro lado. Si sientes la necesidad de crear mientras otros están ociosos, no resistas. El verdadero desgaste no es el trabajo en sí, sino el constante cambio de contexto de un mundo ruidoso. Usa el silencio para influir en algo que importa.