La migración masiva hacia Occidente es la razón por la que algunos resultaron incómodos decir Feliz Navidad desde el principio. Quizá parte de ello se deba a que los progresistas se apoderaban de Dios, pero usan a los millones de extranjeros como justificación añadida. En Occidente decimos Feliz Navidad porque Occidente es cristiano. Si los inmigrantes sienten la necesidad de andar con pies de plomo porque son huéspedes en nuestra cultura, perfecto, pero no al revés. ¡FELIZ NAVIDAD!